Se acerca la fiesta de San
Marcos, que por segundo año consecutivo se ve alterada por la presencia del
coronavirus. El año pasado, por estas fechas, estábamos confinados, lo que
impidió toda posibilidad de realizar la Rogativa de modo presencial. Fuimos creativos
y todos nos convertimos en protagonistas de un deseo, que no se rompiese la
tradición. Y así lo hicimos, con nuevas formas que la tecnología nos ha
facilitado.
Este año no estamos confinados,
pero las restricciones impuestas por las autoridades sanitarias no hacen
posible recuperar la normalidad, como a todos nos gustaría. Teniendo en cuenta las circunstancias, este
año solo podremos realizar de modo presencial alguno de los actos que se
desarrollaban antes de la irrupción de la pandemia. No se permite realizar
procesiones, ni tampoco, como es lógico, el intercambio de bastones. Tampoco se
permiten actos que provoquen la aglomeración de multitud de personas.
A esta excepcionalidad de la
pandemia se añade una situación que ha venido complicándose en los últimos años.
El número de sacerdotes es cada vez menor y las parroquias que deben atender
cada vez son más. Es por ello que nos han planteado la dificultad de que ya les
resulta imposible hacerla en domingo (y este año el 25 de abril es domingo),
por lo que han manifestado que no podrían celebrar la eucaristía.
Por ello, tras varios encuentros entre Ayuntamiento de La Hiniesta, Cofradía de la Concha y los respectivos sacerdotes, la Rogativa de San Marcos se celebrará el sábado 24 de abril con los siguientes actos:
- 10:00h.- En La Hiniesta, Repique de campanas a fiesta.
- 12:00h.- En la Iglesia de San Vicente (Zamora), misa para todos los que deseen asistir (recordad que los aforos son reducidos).
- Al finalizar la eucaristía se realizará la Rogativa.
Es nuestro deseo que la
vacunación se muestre como la herramienta más útil para regresar a la
normalidad y que nos permita, ya el próximo año, celebrar con absoluta
normalidad y una ilusión renovada el hermanamiento de estos dos pueblos que
desde hace más de setecientos años han permanecido unidos.